MIR, DE AGRAVIO EN AGRAVIO

Dr. Juan Benedito Alberola

Presidente del SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)

Publicado en El Mundo el jueves  25 de septiembre de 2008

Los médicos para poder trabajar en la Sanidad Pública necesitamos además de 6 años de formación académica en la Facultad de Medicina (es la carrera universitaria más larga y a la que se accede con la nota más alta de la selectividad), el periodo de especialización de 3 a 5 años por el sistema de residencia (coloquial y televisivamente MIR). A esta formación postuniversitaria se accede con gran esfuerzo tras superar una oposición muy dura. Sin embargo, para trabajar en la Sanidad Privada sólo se necesita la Carrera de Medicina y no se exige la especialización.

El agravio mayor ya surge cuando tras acabar hasta 11 años de preparación, y ya hemos dicho que hay una oposición superada, resulta que no hay consolidado ningún derecho. Los médicos estamos en el punto cero de nuestra vida laboral.

Pero durante el periodo MIR y,  luego, hasta que consolidamos plaza fija en el Sistema Nacional de Salud (SNS), ya hemos tenido ocasiones múltiples de comprobar cuál es el trato que recibimos y recibiremos.

Un primer agravio lo observamos en que, a pesar de ser personal en formación, con baja retribución, se nos utiliza en vez del personal de plantilla, y no además del mismo, para solucionar todos los problemas de asistencia del SNS.  Se producen vulneraciones varias de los Reales Decretos Laboral y Formativo en forma de no respeto de las condiciones laborales tanto en cantidad como en calidad.

Un segundo agravio consiste en que cuando se producen concursos-oposiciones o traslados o, incluso, para las bolsas de trabajo, este periodo MIR no es valorado como tiempo de trabajo.

Un tercer agravio aparece cuando no quieren reconocernos los trienios durante el periodo MIR, a pesar, de que ya todos los temporales de la Administración Pública se les reconoce, ya sean funcionarios, estatutarios o laborales.

Un cuarto agravio surge al no querernos reconocer como interlocutores según la normativa vigente. No se reconoce la validez de los comités de empresa a pesar de ser el órgano legal establecido. Aquí, el SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública), ha de entonar el mea culpa. Somos culpables de haber ganado todas las elecciones sindicales a comités de empresa celebradas en la Comunidad Valenciana. Intuimos que, por eso, no se constituyen los comités de empresa.

Las organizaciones que organizan meriendas o las que hablan en algarabía han permanecido históricamente y permanecen en la actualidad indiferentes al tema. El SIMAP, mientras tanto, ha conseguido la libranza de la guardia, la limitación de la jornada anual o el reconocimiento explícito de que estamos incluidos en las leyes de la conciliación de la vida familiar y laboral. Hay que recordar que a las médicos MIR (españolas de profesión médico) se les privaba de este derecho.

En fín, muntanyes de paranys. Y para concluir de forma positiva hagamos una propuesta, que se otorgue plaza en propiedad en el SNS en expectativa de destino al acabar el periodo formativo MI.